La salud mental, hasta la fecha, sigue siendo un tema de poca atención a nivel nacional 

e incluso mundial, lo anterior debido a la falta de información y sobre todo a los 

múltiples factores que intervienen en ella.

A diferencia de otras enfermedades de origen orgánico, las enfermedades mentales no 

tienen un origen específico, ya que están determinadas tanto por factores sociales, 

como ambientales, biológicos y psicológicos. Entre los principales padecimientos 

encontramos, las demencias, ansiedad, depresión, esquizofrenia y trastornos del 

desarrollo de la infancia.

“El bienestar que una persona se experimenta como resultado de su buen 

funcionamiento en los aspectos cognoscitivos, afectivos y conductuales, y en última 

instancia el despliegue óptimo de sus potenciales individuales para la convivencia, el 

trabajo y la recreación (Escandón, 2000, p. 17).”

Considerando lo anterior, cualquier padecimiento vinculado a la salud mental, no solo 

afecta las esferas afectivas y conductuales, sino que también afecta los aspectos 

sociales, laborales y recreativos generando un impacto en su individualidad y sus 

competencias provocando limitaciones importantes. Dichas limitaciones no son 

menores en el caso de la ansiedad, la cual, por los síntomas que se presentan, afectan 

de manera significativa la calidad de vida de las personas y en muchas ocasiones los 

limita para poder realizar sus actividades cotidianas, es por eso que se recomienda un 

tratamiento integral del paciente, en donde el médico psiquiatra y el psicólogo clínico o 

de la salud, pongan en marcha diferentes estrategias que permitan al paciente recuperar 

su individualidad y su bienestar personal. 

En la actualidad, el incremento en situaciones de violencia o delictivos, desastres 

naturales, terrorismo y muy recientemente la pandemia por COVID 19, ha favorecido un 

clima social de miedo y ansiedad. Sin embargo, el incremento en niveles de ansiedad no 

sólo se debe a situaciones de violencia, sino también a un contexto de constante 

presión, exigencias y estrés en el que la sociedad actualmente vive debido a las 

situaciones económicas y la búsqueda de empleos mejor pagados.

La ansiedad, se describe como una emoción orientada hacia el futuro, caracterizada por 

percepciones incontrolables e impredecibles sobre sucesos aversivos o muy 

desagradables que la persona califica como peligrosos (Clark & Beck, 2010).

Es importante diferenciar entre una respuesta de miedo y una respuesta de ansiedad. 

El miedo es una respuesta emocional adaptativa que nos previene de alguna situación 

de peligro y que pone en marcha una serie de respuestas cognitivas, emocionales y 

conductuales que le permiten a la persona hacer frente a la situación y protegerse de 

algún peligro. Sin embargo, como ya se mencionaba antes, la ansiedad, que también 

incluye una serie de respuestas cognitivas, emocionales, fisiológicas y conductuales, está asociada a percepciones irracionales sobre algún peligro que en el momento actual no 

es real. Por lo tanto, la ansiedad es una respuesta emocional más duradera, provocando 

una sensación de vulnerabilidad en la persona.

 Considerando el incremento de casos de ansiedad y los componentes a nivel cognitivo 

y conductual que se presentan, se requiere de intervenciones eficaces que favorezcan 

la regulación emocional y un entrenamiento en revaloración cognitiva que permita a la 

persona tener respuestas más objetivas que restauren su estabilidad emocional. 

Los tratamientos más eficaces para la atención a la ansiedad se basan en técnicas 

cognitivo-conductuales y de tercera generación, que permiten al paciente hacer frente 

a los síntomas adquiriendo diferentes habilidades para adaptarse mejor a su entorno y 

recuperar su bienestar emocional (Ruiz, Díaz & Villalobos, 2012).

Objetivo: 

Distinguir diferentes técnicas cognitivo-conductuales para el tratamiento de los 

trastornos de ansiedad.

Estructura académica:

1. ¿Qué es la ansiedad?

1.1. Prevalencia en México.

2. Trastorno de ansiedad.

2.1. Nueva clasificación del DSM-5.

3. Comorbilidad de los trastornos de ansiedad con otros trastornos y problemáticas.

3.1. Depresión.

3.2. Consumo de sustancias.

4. Teorías conductuales de la ansiedad.

4.1. Análisis funcional de la conducta como herramienta para identificar los 

detonantes de la ansiedad.

5. Teorías cognitivas de la ansiedad.

5.1. Modelo cognitivo de la ansiedad.

6. Técnicas conductuales.

6.1. Control de estímulos.

6.2. Reforzamiento.

6.3. Castigo.

7. Técnicas cognitivas.

7.1. Reestructuración cognitiva.

7.2. Paro de pensamiento.

7.3. Desensibilización sistemática por imaginería guida imago.

8. Técnicas de exposición.

8.1. Exposición en vivo.

8.2. Exposición con imaginería.

8.3. Exposición con simulador.

9. Terapias de tercera generación

9.1. Terapia de aceptación y compromiso.

9.2. Terapia analítico funcional.

9.3. Activación conductual.

9.4. Mindfulness.